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¿Sin energía? Recarga tu vitalidad


Hay diferentes momentos a lo largo de la vida en los que nos podemos sentir más decaídos y sin ganas de hacer nada. La rutina nos aplasta y nos encontramos sin fuerzas para afrontar, incluso, las tareas más sencillas. Nuestro cuerpo nos está pidiendo que le dotemos de energía para funcionar.

Detrás de esa falta de vitalidad puede haber múltiples motivos. El cambio de estación, por ejemplo, puede provocarnos ese estado y que empecemos a notar los síntomas de la conocida astenia. La falta de sueño, una alimentación deficiente, con un exceso de productos refinados y carente de vitaminas y minerales, también pueden estar en el origen del cansancio.

En ocasiones, el ritmo de vida es el que nos exige un aporte adicional de energía. Afrontar una época de exámenes u oposiciones, desarrollar un proyecto laboral extraordinario o preparar una prueba deportiva también requieren un buen aporte de “gasolina”.

¿Cómo obtenemos energía?

Todas las células de nuestro cuerpo necesitan energía para funcionar, para contraerse, si forman parte de un músculo, o para enviar un impulso de una neurona a otra, si son parte del sistema nervioso.
Esa energía que necesitan se obtiene de los alimentos que comemos. Los hidratos de carbono, los lípidos y las proteínas que ingerimos se transforman en glucosa, ácidos grasos y aminoácidos, que a su vez se convertirán, mediante una serie de reacciones químicas en el interior de la célula, en adenosin-trifosfato (ATP), la molécula rica en energía.

Energía para todos

En los niños
Los niños suelen gozar de buena salud. Están en una etapa de rápido crecimiento y desarrollo, y les gusta jugar y hacer deporte. Esto, unido a la actividad intelectual, hace que consuman gran cantidad de calorías y nutrientes que deben ser repuestos mediante una alimentación equilibrada. En determinadas circunstancias puede ser útil algún complemento natural que suponga un refuerzo y además incluya probióticos que contribuyen a fortalecer la microbiota y reforzar el sistema inmunitario. La suplementación en la infancia puede ayudar a facilitar un adecuado crecimiento, a mejorar el rendimiento escolar y a aumentar la capacidad defensiva del organismo.


En las personas mayores
Con el paso de los años, el organismo se va deteriorando y al llegar a esta edad, se hacen más perceptibles ciertos cambios que hacen que la persona no pueda rendir igual. Además, aunque la alimentación sea equilibrada, los requerimientos cambian y es necesario un aporte extra para mantener una vida activa. Esa suplementación también puede ejercer un efecto beneficioso sobre la cognición y el estado de ánimo que a edades avanzadas pueden decaer.


En los adultos
La sociedad actual nos impone un ritmo de vida frenético y competitivo que en determinadas situaciones puede llegar a agotarnos tanto física como mentalmente. Horarios prolongados de trabajo con comidas rápidas, dificultad para atender las tareas domésticas, familiares y laborales, trabajos físicos extenuantes, consumo excesivo de excitantes (tabaco, café, alcohol…) Nos puede venir bien una ayuda en forma de suplemento que nos proporcione la energía extra que necesitamos.


En los deportistas
La práctica habitual de deporte, y más si es de competición, requiere algunos suplementos que, además de aumentar la fuerza y la resistencia muscular, ayuden a una mejor recuperación. Hay sustancias que contribuyen a reducir la fatiga y optimizan el rendimiento muscular. Determinados aminoácidos y otras sustancias como pueden ayudar a los deportistas antes, durante y después del entrenamiento y la competición.


Suplementos para la vitalidad


Para ayudar a nuestro organismo en los momentos en los que es necesario un extra de energía y vitalidad, podemos suplementar nuestra alimentación.

De la colmena

  • Jalea Real: es el alimento de la abeja reina durante toda su vida y el de las crías en sus primeros días. Aumenta el tono vital, estimula el apetito, mejora la sensación de fatiga física y mental y refuerza el sistema inmunitario.
  • Propóleo: es una sustancia viscosa que producen las abejas y que lo utilizan para proteger la colmena. Se le conoce como el antibiótico natural y, entre otras acciones, destaca su capacidad para mejorar las defensas del organismo.

Plantas Medicinales

  • Ginseng (Panax ginseng): en su raíz se encuentran los ginsenósidos, principales componentes activos que hacen que sea valorada por aumentar la resistencia del organismo a la fatiga y el estrés, incrementar el rendimiento físico e intelectual y mejorar la capacidad de concentración.
  • Eleuterococo (Eleutherococcus senticosus Maxim): conocido también como el ginseng siberiano destaca por ser un buen adaptógeno. Es decir, mejora el rendimiento físico y mental al tiempo que reduce los efectos nocivos del estrés.

Aminoácidos

  • Carnitina: es un aminoácido que se encarga de transportar los ácidos grasos a la mitocondria, en concreto ayuda a los de cadena larga a atravesar la membrana interna para que, una vez dentro, se oxiden y produzcan energía.
  • Teanina: este aminoácido que ayuda a mejorar la concentración y el aprendizaje, sobre todo cuando estamos estresados, y tiene efectos reguladores sobre el estado de ánimo.
  • Serina: es uno de los veinte aminoácidos esenciales. Interviene en la síntesis de la fosfatidilserina y, por tanto, ayuda a mejorar la memoria.

Nutrientes

  • NADH: es la forma biológica de la vitamina B3 y es indispensable para que se produzca energía en el interior de la célula. Se encarga de recoger y transportar el hidrógeno en la mitocondria, imprescindible para la producción de moléculas ATP.
  • Vitaminas: Sobre todo las del grupo B, intervienen en los procesos de transformación de los alimentos en energía, por lo que, si nos faltan, estaremos más cansado o faltos de energía.
  • Minerales: Manganeso, selenio, cromo, hierro y zinc son minerales esenciales para obtener niveles óptimos de energía.
Etiquetas #salud #energía #vitalidad

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