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¿Dónde he aparcado el coche? ¿Qué iba a coger yo en la cocina? ¿Qué tenía que comprar en el supermercado? Todos nos hemos hecho alguna vez una pregunta de este tipo. ¿Son despistes cotidianos o hay detrás un trastorno grave? Los problemas de memoria pueden ocurrir a cualquier edad y suelen ser motivo de preocupación.


Diversas investigaciones demuestran que la pérdida cognitiva comienza a los 20 años, pero apenas la percibimos porque contamos con la suficiente capacidad para hacer frente a las necesidades de la vida cotidiana. Esa pérdida es más perceptible entre los 45 y los 49 años y, a partir de los 75 es más frecuente y general. Con la edad, el cerebro cambia: el número de neuronas en algunas regiones disminuye, se acortan las prolongaciones de las neuronas y disminuye el flujo vascular. Eso hace que mantener la atención y la concentración sea más difícil y nuestro sistema de aprendizaje sea más lento. En definitiva, nuestra memoria es menos eficaz.

¿Cuándo debo preocuparme?

No todos los problemas de memoria deben asociarse a la demencia. Muchos fallos se producen simplemente por no haber prestado la atención necesaria o incluso porque nuestro cerebro a veces distorsiona la realidad. Entre los síntomas iniciales destacan que:

  • Se desorienta en el tiempo y en el espacio: se pierde en lugares conocidos, descoloca los acontecimientos…
  • Olvida, frecuentemente, lo que ha hecho en el mismo día o el día anterior, donde ha colocado las cosas o el nombre de las personas del entorno...
  • Tiene problemas para hacer tareas comunes (peinarse, ducharse, cocinar…)
  • Presenta cambios bruscos de humor y conducta.

Por lo general, el enfermo no identifica o no quiere reconocer los síntomas y deben ser las personas que conviven con él las que los perciban. En ese momento hay que acudir a un profesional de la salud para que realice un diagnóstico adecuado. En caso de ser el inicio de una demencia, cuanto antes se detecte antes se puede empezar utilizar tratamientos adecuados que mejoren los síntomas y con ello la calidad de vida de la persona.

Plantas para la memoria

Tan importante como ayudar a potenciar la memoria en personas mayores con déficits cognitivos, es fortalecer la capacidad mental cuando uno es joven. Las plantas pueden ayudarte a estimular tu capacidad cerebral.


•    GINKGO Ginkgo biloba
Según la Agencia Europea del Medicamento, el extracto seco de hojas de ginkgo puede utilizarse para mejorar el deterioro cognitivo relacionado con la edad y la calidad de vida de los adultos con demencia leve.
•    BACOPA Bacopa monnieri (L.) Wettst.
Con acción neuroprotectora y nootrópica, que agiliza la actividad cerebral. Potencia la memoria y favorece el aprendizaje.
•    CACAO Theobroma cacao
Los flavanoles, muy abundantes en los granos de cacao tienen, según diversos estudios, capacidad para retrasar el deterioro cognitivo asociado a la edad.
Hay estudios que han confirmado que la capacidad retentiva de las personas mayores mejora con la ingesta de flavanoles, compuestos naturales que abundan en el cacao.
•    LICOPODIO CHINO Huperzia serrata
Aumenta las actividades cerebrales debido a su contenido en hiperizina A, un principio activo que posee varias propiedades neuroprotectoras. Es de vital importancia en los procesos de aprendizaje, memoria y atención.  
•    SALVIA Salvia lavandulifolia y Salvia officinalis
Diversos estudios han revelado que estas plantas género tienen acciones beneficiosas sobre el cerebro y las funciones cognitivas, entre las que se incluyen, la memoria, la atención y la concentración.
•    MELISA Melissa officinalis
Utilizada tradicionalmente para aliviar los síntomas leves del estrés y para facilitar el sueño. Se han publicado numerosos estudios sobre su actividad sobre el sistema nerviosos central y la capacidad de mejorar la memoria, el estado de alerta y de ánimo tanto en jóvenes como en personas mayores.

Etiquetas #memoria #salud #consejos

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