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Ansiedad, probióticos para afrontarla


Los trastornos de ansiedad son los trastornos mentales más comunes en el mundo. Según la OMS, el 4% de la población mundial padece un trastorno de ansiedad. Aunque sentir ansiedad es una reacción normal de nuestro cuerpo, cuando se experimenta de manera excesiva e intensa denota un problema de salud.

¿Quién no ha notado cómo se le acelera el corazón, suda o se le seca la boca antes de hacer un examen o tener una entrevista de trabajo? Es lo que se conoce como ansiedad, y no es más que la respuesta normal de nuestro organismo para hacer frente a esa situación que nos asusta.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad se puede definir como la sensación de inquietud, nerviosismo o inseguridad ante una situación estresante o de incertidumbre, que desencadena una reacción del organismo que hace que nos pongamos a salvo evitando o huyendo de ese peligro.

¿Es malo tener ansiedad?

La ansiedad es una reacción normal y necesaria ya que le permite al individuo adaptarse y protegerse ante diferentes situaciones amenazantes o peligrosas de la vida cotidiana.

Esta reacción deja de ser normal para convertirse en un trastorno de ansiedad cuando la intensidad, la frecuencia o la duración de estas respuestas son exageradas; cuando cada vez aparecen más estímulos desencadenantes o cuando no se puede controlar la situación.

¿Qué se siente cuando se tiene ansiedad?

La ansiedad produce una activación intensa del sistema nervioso y del organismo en general, que lo prepara para responder y actuar de forma rápida y que da lugar a manifestaciones físicas y psíquicas.

Las manifestaciones de la ansiedad pueden ser más o menos leves o intensas. Desde un simple nerviosismo hasta crisis o ataques de pánico, dependiendo de la persona y de la situación que la desencadena.

Así, la persona puede referir que le falta el aire y le cuesta respirar, o que el corazón se le acelera. Puede sentir dolor en el pecho, mareos, molestias digestivas, etc. llegando, en los casos más severos, a miedos o fobias.

¿Cuándo hay que buscar ayuda profesional?

Es importante estar atentos a la aparición de las primeras manifestaciones de la ansiedad para tomar las medidas adecuadas y prevenir que la situación empeore y sufra crisis más graves que pueden repercutir negativamente en la vida cotidiana.

¿Sabes que el intestino puede influir, para bien o para mal, en tu cerebro? 

Desde hace unos años se habla cada vez más de lo que se conoce como “eje microbiota-intestino-cerebro”, que hace referencia a la conexión bidireccional y dinámica existente entre estos órganos y cuyo funcionamiento adecuado es fundamental para la salud general del organismo, de manera que cualquier alteración de dicha conexión puede ocasionar trastornos digestivos, metabólicos o cerebrales.

Algunos consejos para aliviar la ansiedad

  • Duerme lo necesario, cuida la alimentación y practica ejercicio físico de forma regular. Contamos también con diferentes herramientas o disciplinas que nos pueden ayudar, como pueden ser la relajación, técnicas de respiración, el yoga, escuchar música…
  • Aprende a manejar las situaciones difíciles y las preocupaciones irracionales, recurriendo a la ayuda de profesionales si es necesario.
  • Hay plantas medicinales como la pasiflora, la valeriana, la tila o el espino blanco, entre otras, que son una ayuda importante en estos trastornos, ya que contribuyen a calmar la ansiedad, el estrés o el nerviosismo, y ayudan a conciliar el sueño. Es preferible, cuando sea posible, recurrir a este tipo de remedios naturales, ya que pueden ser una alternativa a los medicamentos convencionales y presentan la ventaja de que no tienen los efectos secundarios de los mismos.
  • Psicobióticos. Un número creciente de investigaciones constata los efectos prometedores del uso de ciertos probióticos (psicobióticos) en trastornos mentales como la ansiedad, las alteraciones del estado de ánimo o la depresión. En dichas investigaciones se ha visto que la microbiota intestinal (conjunto de millones de microorganismos que conviven de forma simbiótica en nuestro intestino), a través de su acción en el eje microbiota-intestino-cerebro, desempeña un papel importante en la salud mental relacionado con la modulación de respuestas emocionales y comportamentales. Los primeros estudios clínicos realizados para valorar los efectos de un psicobiótico en humanos se han hecho con una asociación de dos cepas, Lactobacillus helveticus Rossel®-52 y Bifidobacterium longum Rossel®-175. En dichos estudios se observó una reducción de los síntomas gastrointestinales relacionados con el estrés: reducción del estrés psicológico en individuos sanos y mejoría del estado de ánimo, la ansiedad y el sueño en pacientes con depresión leve-moderada.

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