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Pesadez de piernas, calambres, hinchazón, hormigueo, sensación de calor y, en ocasiones, varices o venas dilatadas son síntomas de piernas cansadas. Te contamos qué hábitos debes cambiar y qué alimentos y plantas te pueden ayudar.


El síndrome de las piernas cansadas se produce cuando las venas tienen dificultad para enviar la sangre de vuelta desde las extremidades inferiores al corazón. Lo normal es que la contracción de la musculatura impulse la sangre en contra de la gravedad y un sistema de válvulas en el interior de las venas se encargue de impedir que la sangre vaya hacia abajo. Si esto falla comenzarán las molestias. La sangre se estanca, se dilatan las venas y se filtran líquidos a los tejidos.
El problema es más habitual en mujeres, debido a factores hormonales, y sus síntomas aumentan con la edad dado que las venas van perdiendo elasticidad con los años. Aunque no es sólo un problema exclusivo del verano, la incidencia aumenta con la llegada de las altas temperaturas.


Enemigos a combatir:

  • El sedentarismo: la bomba veno-muscular que hace que la sangre de las piernas retorne al corazón funciona con la actividad física. Nadar, caminar o correr hacen que los músculos de las extremidades inferiores trabajen aliviando la sensación de pesadez. Ojo en el trabajo, permanecer mucho tiempo sentado o de pie dificulta el retorno venoso
  • El sobrepeso: los kilos de más aumentan la presión venosa. El aumento del tejido adiposo en las piernas comprime los capilares.
  • El calor: las temperaturas elevadas provocan la vasodilatación de las venas, lo que favorece la acumulación de sangre y la retención de líquidos. Hay que evitar poner las piernas cerca de estufas y radiadores y exponerlas al sol.


Hábitos que te ayudan:

  • Masajear las piernas. Un masaje con cremas o geles fríos elaborados a base de plantas aliviará las molestias. Realizar el masaje con las piernas en alto y siempre desde el tobillo hacia la rodilla.  
  • Duchas. Empezar con agua tibia y terminar con un chorro de agua fría en las piernas, siempre de abajo hacia arriba, sirven para estimular el tono venoso.
  • Poner las piernas en alto. Al sentarse colocarlas elevadas por encima del nivel de las caderas procurando no cruzarlas. Al dormir, elevarlas unos 15 centímetros.
  • Ropa y calzado cómodos. No hay que utilizar ropa ajustada ni calcetines con una goma estrecha. Evitar los zapatos de tacón y utilizar preferiblemente calzado ancho, cómodo y cerrado.  


Atención a la dieta:

  • Sal. Aumenta la retención de líquidos y entorpece la circulación. Ojo con los alimentos procesados que suelen llevar cantidades altas de sodio. Sustitúyela por alguna especia.
  • Fibra. Aumenta su consumo para evitar el estreñimiento porque provoca un aumento de la presión abdominal y, a su vez, puede conllevar mayor resistencia al retorno venoso.
  • Líquidos. Además de agua, consúmelos en forma de infusiones, zumos y caldos naturales, pero también con frutas y verduras ricas en agua.
  • Potasio. Ayuda a regular los niveles de agua en el organismo. Está, sobre todo, en frutas y verduras.


Cómo tratarlas:

  • Presoterapia. Se trata de un drenaje linfático de unos treinta minutos de duración por sesión. El paciente se coloca una especie de pantalón que cubre piernas, glúteos y vientre. Está conectado a un equipo de modo que realiza sobre el cuerpo presión en dirección ascendente, desde los pies hacia arriba. A través de esas ondas de presión el tratamiento favorece la circulación y el flujo sanguíneo; contribuye a la eliminación de líquidos, grasas y toxinas; ayuda a reducir la hinchazón y los edemas, y alivia el cansancio en las piernas.
  • Fitoterapia. Entre las plantas más utilizadas para favorecer la circulación sanguínea están el hamamelis (con flavonoides y taninos, tiene propiedades como vasoconstrictor venoso y antihinflamatorio), el castaño de indias (con saponinas, tiene actividad antiedematosa y antiinflamatoria), el rusco (con efecto venotónico, aumenta la resistencia de los capilares y disminuye su permeabilidad), el ciprés (contiene principios activos que aumentan la resistencia)  o la vid roja (disminuye la permeabilidad y el edema, y tiene acción antioxidante). 
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