Si tenemos un sistema inmunitario fuerte nuestro cuerpo será capaz de frenar a virus y bacterias. La alimentación, variada y equilibrada, es uno de nuestros primeros aliados para conseguir que nuestro organismo sea capaz de responder adecuadamente ante el ataque de esos agentes externos y evitar así catarros y resfriados. A través de la dieta, debemos aportar a nuestro cuerpo vitaminas, minerales, ácidos grasos y antioxidantes que son esenciales para su funcionamiento.
En la cesta de la compra del otoño, tenemos que incluir algunos básicos que, por los nutrientes que nos aportan, nos ayudarán a tener unas defensas fuertes. Toma nota:
Son ricos en vitamina C y otros fitoquímicos que potencian su acción sobre el organismo. Mejoran la función del sistema inmunitario y disminuyen la duración e intensidad de gripes y catarros. Además de en naranjas, pomelos, limones... la vitamina C la podemos encontrar también en kiwis y pimientos.
Las semillas de calabaza, por ejemplo, son ricas en zinc. Cuando existe una carencia de este mineral, la respuesta inmunológica puede verse afectada. También puede verse comprometida si nos falta vitamina B6 que nos las aportan, por ejemplo, las nueces.
Contienen probióticos que favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal. La barrera defensiva del intestino es fundamental para garantizar el intercambio de nutrientes y mantener un buen estado de salud.
Salmón, sardina, caballa... tiene un alto contenido en ácidos grasos omega 3, un gran aliado del sistema inmunológico. También contienen proteínas, minerales y vitamina D.
Alimentos como el brócoli, el kale o las coles son ricos en glucosinolatos, sustancias sulfuradas que actúan favoreciendo el sistema inmunitario. También son ricas en vitamina C.
Refuerzan el sistema inmunológico porque contienen unos poderosos compuestos llamados beta-glucanos, capaces de estimular las defensas.
Los alimentos del género allium, por su contenido en alicina, favorecen el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmune y son antisépticos. Además, son fuente de prebióticos, sustancias que favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas en nuestro intestino.
Calabaza, zanahoria, tomate, espinacas, melón... son una fuente importe de betacaroteno, compuesto que nuestro organismo transforma en vitamina A y que ayuda a protegernos de las infecciones.
Tan importante como lo que comemos es lo que debemos evitar: alimentos ultraprocesados y refinados que disminuyen la capacidad de nuestro sistema inmunitario.
